¡Cómo me gustaría ser el viento!
que en constantes arrumacos
de prisa va exponiendo:
su crónica, su relato,
su fábula, su leyenda,
su juicio y su condición.
Saber lo que siente el árbol
cuando le acuna sus hojas
y confunde su enramaje
elaborando un concierto;
sinfonía de susurros;
polirrítmia vegetal.
Saber lo que siente el ave
cuando en acordes perfectos
atraviesa su plumaje
y pincela su garganta
en cantata de arcoiris
en inquieta tropelía
en un vuelo magistral.
Saber que siente el estero
¿se alegrará con el viento?
cuando le peina su cara,
y le enmaraña sus ondas;
en carrusel de colores
multiplicando sus rondas
en un baño colosal.
¡Cómo me gustaría ser el viento!